miércoles, 28 de marzo de 2007

Capítulo 21: El borracho eslovaco







En la 1ª, mis compañeros zarandeándome un poco, en la 2ª preparando los gnoquis en casa de Héctor. En la 3ª una instantánea de la plaza central de Banská Bystrica. La 4ª, dos 'mozas' de Banská. En la 5ª una casa curiosísima de Banská, el contraste con la vivienda de los vecinos es más que interesante.

Hola de nuevo, este capítulo tiene una historia interesante, creo que os va a gustar. La semana después de la entrega de becas tuve bastante curre, exámenes, preparar los formularios del programa comenuis y cosas de estas, nada nuevo en el frente. El viernes 23 de marzo nos fuimos a una fiesta de DJs en la stanica, nada del otro mundo. Allí nos encontramos a más alumnas (como no) de francés (como no) y estuvimos hablando un poco con alguna, antes de irnos me encontré con unos nativos con los que había hablado otra vez, estaban con una niña muy guapa, pero el listo de Diego se me adelantó y le pidió el teléfono; otro me pidió un cd con música española, veré que puedo hacer.

El sábado 24 nos levantamos muy temprano porque teníamos que ir a Bratislava (y ya van no sé cuantas veces) a una reunión de 'trabajo' por el curso que habíamos hecho en febrero. Básicamente lo que hicimos fue repartirnos trabajo para en otra reunión que cada uno entregue lo que hizo y publicar un CD con lo de todos. Al mismo tiempo nos reencontramos con los compañeros que hacía tiempo que no veíamos, también había un curso de traducción en otra sala. Bueno, al terminar nos hace una pequeña recepción la embajada; nos ponen vino, tortillas de esas congeladas, empanada, que estaba bastante buena, y algo de dulce. Al terminar nos vamos a cenar porque habíamos reservado en el sitio donde comimos cuando el curso en febrero, es que no veáis las camareras del bar como están, además la comida está muy bien. Estábamos un montón de gente, yo tenía el día bailón y estuve casi toda la cena de bailoteo de aquí para allí, al final se me unieron unos pocos. Para terminar nos fuimos al zulo donde ya había gente y terminamos de llenarlo; me reencontré con la chica del hospital, que ya está totalmente recuperada y guapísima como siempre. También conocí a una eslovaca profesora de español en un bilingüe y estuve hablando un poco con una estudiante de psicología, en fin, divertido como siempre. Al salir nos fuimos a una disco llamada subclub (porque es subterránea) los degenerados de siempre, estuvimos un rato allí y para la residencia de vuelta a dormir.

Ahora empieza lo bueno, fuimos unos pocos andando y de charla, yo estaba bastante borracho, todo hay que decirlo, por lo que me imagino no decía más que tonterías. Pues resulta que al final nos quedamos rezagados hablando Ignacio, un compañero de otra ciudad, y yo a las puertas del hostal donde dormíamos. En esto aparece un eslovaco borrachísimo, bastante más que nosotros, y nos dice un montón de cosas, yo le respondo "nie rezumieme po slovenski" (no entendemos eslovaco) y, sin mediar ninguna palabra más, el tío nos suelta dos remazos, yo me tiro hacia atrás y me caigo al suelo, pero me da un poco en un labio, mi compañero lo esquiva mejor y le da en una oreja. Nos levantamos a todo correr y nos vamos, porque el tío seguía viniendo a por nosotros, le empezamos a llamar de todo. Mi compañero decía de irnos y pasar de él, pero como me dolía el labio yo le dije que de eso nada, que éramos dos y que se merecía un par de galletas. Además en el intento de pegarnos se le había caído en móvil y lo tenía yo. El tío se acercaba para pedírmelo y yo le decía 'vente, vente' y cuando se acercaba lo duchaba de saliva y de vez en cuando tiraba un pieza del móvil al suelo para probar su resistencia; pasado un tiempo encontramos un charco grande y jugamos con el teléfono al submarino en el agua, después creo que lo tiramos por ahí, no sin entes probar la dureza del suelo y de la suela de nuestros zapatos. No se si al día siguiente volvió a por él, pero me parece que ya no funcionaba muy bien.

Cuando terminamos con el móvil empezamos a rodearlo, cual reportaje de caza del national geograhic, y en cuanto se despistaba le dábamos unas patadas en el culo o en las piernas, se dio cuenta de que no nos íbamos y empezó a escapar poco a poco y a decirnos algo así como que le dejáramos en paz, y nosotros detrás de él mentándole a toda la familia desde los tiempos del hombre de piedra, aunque éste no había evolucionado mucho la verdad. No queríamos entrarle muy cerca porque era grande y si nos agarraba podría hacernos daño, de ahí la precaución al acercarnos. En un momento dado mi compañero cogió unas cuantas piedras y el tío empezó a correr como alma que lleva el diablo y llamando a la poli, y yo detrás tirándole las piedras, claro que en mi estado y corriendo no tenía mucha puntería, pero con alguna le di. Estuvimos así, gritándole, dándole patadas en el culo y siguiéndolo unos 20 minutos, rodeamos toda la manzana. En un momento dado estaba un poco lejos y se metió en un portal que, desde donde estábamos nosotros parecía un garito, por lo que decidimos retirarnos, no fuera que apareciese con 10 cromagnones como él y tuviésemos problemas de verdad.

Así que nos retiramos a nuestros aposentos muertos de risa, no se si alguién nos vio pero debía ser una estampa divertida ver a dos borrachos persiguiendo a otro más borracho por toda la manzana. Otra odisea fue la entrada al hostal. Está en el piso de arriba de donde dimos el curso, es una especie de residencia de estudiantes, al llegar la verja estaba cerrada y decidimos saltarla, y allá nos subimos los dos a lo alto. Pero, en un momento de lucidez, nos dimos cuenta de que tenía que haber otra entrada, volvimos al suelo y buscamos la entrada. Lástima unas fotos de esta aventura pero no hay memoria gráfica, una pena. En fin, que nos divertimos mucho, una vez más, en Bratislava.

lunes, 19 de marzo de 2007

Capítulo 20: La visita a Banská Bystrica





En la, 1ª el telescopio desde el que vimos las estrellas. La 2ª es una foto de una tumba rusa en el cementerio de los partisanos cerca del observatorio. En la 3ª intentando apuntar no se a quien ni a que ni por qué; en la 4ª con Alena la noche del concierto (para los despistados, fijaos que es guapísima); en la última, dirigiendo una revolución con mucha 'caña', objetivo: cerveza gratis para todos.

Como podeis imaginaros, el lunes 5 de marzo fue cansadísimo, llegué a casa casi a las tres de la mañana, por lo que apenas dormí dos horas. Esa semana fue bastante estresante; problemas con lo del intercambio, tanto nosotros como los españoles, la olimpiada, las clases y un montón de asuntos más; tuve un par de reuniones por estas cosas, tengo que trabajar con lo de la biblioteca, que no tengo tiempo de aburrirme vamos, y pronto exámenes, con el trabajo que da corregirlos. Y para rematarlo, el blog, que vosotros creeis que no pero tiene su trabajo y necesita su tiempo, redactar con cuidado, que uno tiene talento para la literatura, pero tengo que pensarme lo que escribo, escoger las fotos, subirlas...un curre tremendo.

El viernes 9 de marzo salimos de fiesta, nos lo pasamos estupendamente una vez más. Había un montón de gente, fuimos primero por el bossa nova, un local donde hay un grupo de jazz tocando casi todos los viernes, más tarde bajamos al emocia, donde si no, y venga a bailar y beber, no recuerdo si en este orden. Allí me encontré una niña con la que tonteo a veces, pero es un poco tonta. El sábado toca descansar y el domingo 11 quedamos a comer en casa de Héctor, vamos Manuela, Diego, Luis, y yo. Allí preparamos la masa para hacer ñoquis y para la base de la pizza, además cortamos pasta fresca que ya tenía preparada Héctor. Comimos muy bien, estuvimos desde las 12 hasta las 6 de la tarde de cocinitas y de charla. Estupendo todo lo que comimos, eso si, un empacho de los buenos, pero estaba todo tan rico que no era posible dejar de comer. Podría montar un restaurante Héctor.

La semana del 12 al 16 de marzo fue normal y aburrida, es decir, normalmente aburrida, del curre a casa y de casa al curre. Por lo menos el martes 13 pasó algo un poco distinto, nos fuimos a un observatorio astronómico a ver estrellas y planetas, estuvimos varios profes y alumnos de la sección de francés. Pero bueno, además de esto, estoy esperando al cambio de hora para que las tardes sean más largas y poder salir a correr que me estoy echando a perder; en Madrid entrenaba muchísimo y llegué a correr tres maratones y ahora no podría ni hacer 45 minutos de carrera contínua, espero que mis compañeros de entrenamiento no estén tan mal como yo, ¡ánimo chicos!.

El viernes 16 de marzo me fui a un concierto de IMT Smile, un grupo eslovaco muy conocido, a mi no me molan mucho, pero para un concierto que hay de pop-rock no se puede dejar pasar. Estuvo normal, normal de regular quiero decir, a mi no me gustan (ya había escuchado un disco) pero la peña se las sabía todas, hasta cantaron unas estrofas en castellano. Yo estaba allí con Alena, una alumna de 5º de francés muy simpática, nos lo pasamos muy bien, a ella tampoco le gustan mucho, pero como los conoce desde niña y le traen buenos recuerdos pues se decidió a ir; habla portugués así que puedo entenderme con ella. Después fuimos de fiesta al bossa nova, donde nos encontramos a una amiga suya y unos amigos, teníamos serpentina que daban en el concierto y estuvimos allí tirándola y haciendo el tonto, ¡a mis años!.

El sábado 17 nos fuimos Diego y yo a Banská Bystrica, que es la cuidad donde viven los que nos acompañaron a Cerdeña. Llegamos pasado el mediodía, así que, después de tomarnos las correspondientes cervezas, fuimos a comer a un sitio muy bonito. Dimos un paseíto por la ciudad. que me gustó mucho y pasamos por el super a comprar comida, porque nos íbamos a cenar a casa de Juan Carlos y esperábamos a unos eslovacos y había que preparar la cena. Se nos unió otra lectora y aparecieron tres nativos, dos chicos y una chica. Uno de ellos habla español, pero ¡con acento mejicano!, es muy curioso escuchar a un eslovaco hablando con ese acento. Después salimos de marcha. Estuvimos en una discoteca donde había una fiesta oldies, música infame, y venga a bailar. Allí conocí a dos españoles que trabajan en una fábrica de aluminios por aquí cerca. Tuve un encuentro curioso con un eslovaco, resulta que a una tía, que parecía un tío, se le cae el móvil y se lo llevo, está muy agradecida y viene con un amigo-novio a decirme no se que, les digo que no les entiendo y al enterarse de que soy español el tío me dice "Curro Giménez" y me da un beso en la frente. Me quedé de piedra.

Más tarde nos vamos a otro llamado Ponorka (submarino) que es muy chulo, simula que estás en el fondo del mar. En este garito la música, por lo menos, no molesta los oídos. Bueno, que muchas cervezas y bailes más tarde volvemos a casa. El domingo por la mañana nos vamos a ver un museo del ejército al aire libre y a comer a casa de Lara. Ya a media tarde toca regresar, pero creo que vamos a volver algún día si tenemos algún fin de semana libre, me gustó mucho la ciudad y la gente que está allí es muy divertida, conectamos bastante y lo pasamos bien con ellos.

Hoy, lunes 19 de marzo, ha venido el viceembajador con la agregada al instituto para entregar unas becas a los chicos. Son unas ayudas de 600€ que les dan a cinco alumnos por sus notas y por participar en actividades del departamento de español y cosas así. Según mi punto de vista no está bien repartido, las ganadoras (todo chicas, claro) se lo merecen, sin duda, pero, en mi opinión, hay alguna que tiene más méritos para conseguirlo, por lo menos este año; por ejemplo, la que para mi es la mejor alumna de español no tuvo la beca, y hay otro profesor que está de acuerdo conmigo. Debo decir que este año no cuenta para la beca porque lo pidieron en octubre, así que puede ser que otros años no fuese tan buena como este, no lo se. Pero poco puedo hacer, quejarme y ya está.

domingo, 11 de marzo de 2007

Capítulo 19: El viaje a Cerdeña





En la 1ª todos los viajeros a Cerdeña en una playa de Cagliari; en la 2ª de cena con las amigas de Juan Carlos; en la 3ª en al aeropuerto con la eslovaca que está a mi lado y la estonia que está mirando a las nubes; en la 4ª en un cabo en Cerdeña y en la 5ª Héctor, yo, no sé como se llama la chica, Diego, Alena y un espontáneo en pleno desparrame en el emocia.

La semana del 24 de febrero al 4 de marzo hemos estado de vacaciones de primavera y nos hemos ido Diego y yo a Cerdeña con otros tres profesores de otra ciudad (Banska Bistrica). Tuvimos mucha suerte y pillamos los billetes regalados con ryanair; volamos Bratislava - Frankfur-Han y desde allí a Alghero, en el norte de la isla. Pues pagamos 0,01€ por vuelo, con tasas salió todo por unos 70€. Como el vuelo era el 24, entonces salimos el 23 por la noche, quedamos con Héctor para tomar algo y después nos fuimos donde siempre, al emocia. Había muy poca gente pero poco a poco se fue poniendo la cosa interesante, nos encontramos con unas alumnas de la sección de francés y estuvimos con ellas, lo pasamos muy bien.

El sábado salimos hacia Bratislava donde habíamos quedado con nuestros acompañantes: Lara, Javier y Juan Carlos. En el bus hacia el aeropuerto de Viena se sube un tío curiosísimo que empezó a hablarnos en inglés, era vietnamita y quería llegar a Viena para ir a la embajada porque le habían robado todo. Al final como no tenía dinero nos pidió pasta, hicimos un escote y le dimos para el billete, se despidió con un "zankiu veli mach" (sonó tal y como lo escribo). Bueno, llegamos a Frankfur cerca de la media noche y hasta las 6 de la mañana no salía el otro vuelo, por lo que nos sentamos y estuvimos de charla hasta las tantas, pero fue una noche muy divertida porque cerca de las 3 se nos acerca una tía totalmente afónica que era estonia y hablaba español bastante bien. Quería que la despertásemos antes de marchar que estaba muy cansada y quería dormir, le dijimos que si. Pero en vez de irse a dormir un poco y descansar empezó a hablar sin parar, estuvo toda la noche largando, y eso que estaba afónica; incluso nos invitó a unos chupitos de pacharán que tenía, era un poco cansina porque no paraba quieta y no nos dejaba hablar a nosotros. Nos dejó la cabeza para el arrastre. Más tarde se presentó por allí otra chica que era eslovaca pero había estudiado en la sección de español de Trstena y que se iba a Vigo de erasmus, increíble, el mundo es un pañuelo. Por fin a las 6 y algo salimos y llegamos cansadísimos a la isla a las 9.30.

En el aeropuerto alquilamos un coche y nos vamos para Alghero, entramos en un bar y mientras desayunamos hablamos con el camarero que entendía español, yo le hago la pelota con el fútbol y al preguntarle donde dormir nos envía a una casa, no tiene sitio pero llama a otra y nos alquilan dos habitaciones muy chulas y baratas. Ese día recorremos la ciudad y comemos en un sitio de lujo. Por la tarde a pasear y tomar unas cervezas; en un bar empezamos a hablar con los nativos y en un rato quedamos en dos o tres sitios a la vez. Un grupo de chavales medio pastilleros nos invitan a una fiesta en una casa en el campo. Allá vamos a bailar chunda chunda y a beber, y ya cuando nos íbamos sacan pasta para cenar. Comemos algo, despedidas y a dormir.

Bueno, comento algunas cosas de Cerdeña, sobre todo porque no me acuerdo de todo y sería muy largo. Pero decir que la isla es muy bonita, se come de muerte, tienen unos vinos muy buenos, y la gente es muy maja. Me sorprendió mucho la gente. Cuando sabían que éramos españoles todos querían hablar con nosotros y eran muy amables y simpáticos. Unas amigas de Juan Carlos nos llevaron a cenar a un sitio muy chulo en Sasari; y a la vuelta, el sábado nos buscaron un piso de una amiga para dormir y nos llevaron de fiesta a una disco superpija con una cola tremenda y donde se pagaban 10€ por entrar, pero hay que conocer a alguien para pasar al portero. Una de las nativas le dijo que éramos profesores europeos y que como no nos iba a dejar entrar, pues sorprendentemente pudimos entrar. Allí a bailar como locos y a las 3 a casa, nos perdemos en la cuidad y dos chicas que paramos nos acompañan en su coche a nuestra calle. Es que hay mil detalles de la gente, nos invitaron a la inauguración de un bar, a cervezas un fan de Zapatero, nos acompañaron a sitios por las ciudades, nos enseñaron una pesquería artificial construída por los aragoneses hace 250 años, nos abrieron y enseñaron una excavación romana el día que estaba cerrada... en fin, de todo. Nos llegaron a decir que preferían a los españoles que a los italianos de la península y que somos mucho más simpáticos, que somos como hermanos de los isleños, alguno presumía de apellido de origen español. Yo tuve hasta tiempo para tontear con una camarera, un amor en cada puerto que decía no sé quien. Fantásticos los sardos.

Por poner alguna pega a los nativos, lo único es que son muy pijos vistiendo, yo creo que se arreglan hasta para ir a comprar el pan, van de punta en blanco todos y todo el día, increíble. Siguiendo por la isla, las carreteras son malas pero el paisaje es, en algunas zonas, espectacular. Hay muchísimas playas y, en el interior, unas construcciones primitivas muy curiosas de una civilización que hubo aquí antes de los griegos y los romanos. Como en todos los sitios, hay rivalidades locales; y los del norte, sobre todo Sasari, no pueden ver a los del sur, principalmente Cagliari. Incluso hay pintadas independentistas en algunos sitios. Desde luego es un sitio muy recomendable, pero no en verano, a parte de los precios, está llena. Los sardos nos decían que la mejor época es mayo, junio y septiembre.

Tristemente tuvimos que dejar Cerdeña el domingo por la mañana. Estábamos muy cansados porque habíamos dormido muy poco la noche anterior. El viaje de vuelta fue muy largo, esperamos casi 6 horas el enlace en Frankfurt y allí conocimos a una pareja de sevillanos que estaban de vacaciones. Por fin llegamos a Bratislava hacia las 9 y pico. Nos despedimos de nuestros compañeros de viaje y nos fuimos a esperar el bus hacia la estación de tren. Nos ocurrió una cosa muy curiosa con el bus; estábamos esperándolo y no veíamos la máquina de comprar los billetes, ya teníamos tres del viaje de ida, así que pensamos que podíamos comprarlos en el bus, cuando abre la puerta le preguntamos y nos dice que tenemos que ir a la máquina que está a 20 metros. Diego se va a comprar el billete que nos falta pero el conductor pasa de nosotros y arranca, le digo que espere un momento, pero ni caso, se va; menudo cabrón. Tuvimos que esperar el siguiente.

Después de despedirmos de los sevillanos llegamos a la estación y nos encontramos con Paz, subimos y buscamos un compartimento vacío. Al poco los tres tenemos mucho sueño por lo que me voy a buscar un compartimento vacío. Lo encuentro y me tumbo a dormir. Al rato pasa el revisor y un poco más tarde aparecen dos polis. Me piden la documentación y les doy el carnet de residente, no les gusta mucho y me voy a por el pasaporte, me toman datos y el tío me dice que tengo que pagar una multa de 1000 coronas (unos 29€) ¡por no quitarme los zapatos al recostarme para dormir!, pongo cara de "es una broma, donde está la cámara" pero ni se inmuta, le digo que no tenía tanto dinero (es cierto, no lo tenía), me pregunta cuanto, saco todo y en total tengo 200 coronas más algunas monedas. Me dice que bien, que 200 coronas de multa, me quedo mirándolo y pensando 'este es gilipollas', si son 1000 son 1000 y no 200, ¿no os parece?, me entraron ganas de regatearle pero no parecía estar el hombre para muchas bromas, así que se las doy y me da unos recibos a cambio. En fin, un viaje maravilloso, pero al final llegan estos dos imbéciles para agriarlo un poco. Lo del autobús es la segunda vez que me pasa, hay ciertas cosas aquí en que son un poco capullos, o mejor dicho, muy capullos.