martes, 22 de mayo de 2007

Capítulo 28: La nueva visita al hospital.






En la 1ª un antro de Cracovia. En la 2ª en unas estatuas en una calle de Wroclaw. En la 3ª estoy descansando y unos gnomos intentando quitarme el sitio. En la 4ª una artística representación de una botella de cerveza. Abajo con la pata loca.

Este capítulo debería titularse algo así como 'el salto' pero, por causas que pronto comprendereis, tiene el título que podéis ver. Vamos por partes. El viernes 18 salí un poco, algunos alumnos de 5º quedaron en una disco para celebrar el final de maturita, y allí me fui como representante de los profes españoles, porque Diego se había ido a una casa en la montaña con una gente y Paz no estaba bien y se quedó en casa. Llegué hacia las 10 y estaban allí unas 10 alumnas tomando pizza y bebiendo, estuve con ellas tomando algo hasta las 12, a esa hora se iban a otro pub pero me volví a casa a descansar.

El motivo de retirarme tan temprano es que tenía que estar a las 9:30 en la escuela porque nos íbamos a ¡saltar en paracaídas!, los valientes éramos yo, Catherine, su hermana, una amiga suya y la lectora de francés de la universidad; de aquí salía el título fallido del capítulo. Nos fuimos a un cuartel militar para una unas clases de preparación del salto. Estuvimos una hora y algo con cosas teóricas, entonces descansamos un poco y salimos afuera para ver despegar un helicóptero que hacía un ruído de mil demonios y levantó muchísimo polvo. Regresamos entonces al gimnasio donde estábamos con la clase teórica para continuar. Como la monitora no llegaba empezamos a mirar que cosas había por allí. Yo vi unas cuerdas de saltar la comba y decidí probar, con tan mala pata que al primer salto torcí el tobillo izquierdo y me hice un esguince, estábamos descalzos y apoyé mal el pié. Yo noté que había torcido bastante y me temía lo peor y, efectivamente, a los 3 minutos se me puso el tobillo como un pelota, me trajeron hielo y me senté a decir todos los tacos habidos y por haber.

Llamé a Héctor y se vino a recogerme en taxi para irnos al hospital. Las chicas se quedaron para seguir con lo del salto, por la tarde me llamaron y me dijeron que todo había ido estupendamente y que se lo pasaron muy bien, otra vez será. Bueno, allá nos vamos a urgencias, esperamos pacientemente y al final entramos, cuando se enteraron de que era español fui el pitorreo de médico y las enfermeras. Me mandaron a hacerme unas radiografías y no había nada roto, pero a pesar de eso me escayolaron para tener el tobillo fijo una semana. No me dieron nada de medicamentos, ni analgésicos ni antiinflamatorios, señal de que no es muy grave, espero.

Me pasé el sábado por la tarde dándole vueltas a la cabeza y aburrido. Lo peor, a parte de lo del salto, es que el jueves me tendría que ir para España con los chicos del intercambio y no voy a poder. Al final se va con ellos Luis y su mujer, Manuela, es una putada porque es en bus y será muy cansado; yo ya lo tenía asumido, pero que lo sepas dos días antes no es ninguna broma. El domingo vino Paz a comer conmigo, y se pasaron también Diego y Héctor. El lunes fue Héctor a mi médico de cabecera a recoger mi baja y después me fui al instituto para llevarla y hacer un par de cosas.

Pues esta es la segunda visita al hospital, no es tan grave como la primera, pero nunca es agradable, sobre todo si le toca a uno. Creo que el viernes voy al médico a que me quite la escayola y espero que está todo bien y pueda volver a trabajar. Es que te aburres mucho todo el día en casa. Por lo menos terminé de corregir unos exámenes y ya me ha traído Diego otros para corregir; también acabé todo lo de la publicación que vamos a hacer. El resto del tiempo lo paso con música, leyendo y viendo alguna peli. Bueno, y con el blog, claro.

Aquí continúo, estamos a domingo 27 de mayo, día de elecciones municipales y de algunas autonomías. Veremos como quedan los corrupciómetros, quiero decir, los ayuntamientos. El viernes fui con Héctor al médico, pero no me quitó la escayola; aún tengo dolor, así que hasta el jueves, por lo menos, en casita. Me va a dar algo, ahora hace unos días estupendos, y yo en casa muerto de asco. Hoy, para celebrar las elecciones, he decidido darme una ducha. Llevaba desde el sábado pasado sin ducharme. No os confundais, me lavo todos los días con agua y un poco de jabón, pero no es lo mismo. Así que busqué la forma de no mojar el yeso, y lo he conseguido, os lo cuento.

Primero busqué un bolsa grande que me tapase toda la escayola, pero no tenía, sería demasiado fácil. Con las bolsas que hay por la casa solo puedo tapar la mitad. Seguí pensando una solución y estaba por la cocina cuando encontré una goma, de esas que traen las cajas de zapatos y se me iluminó en cerebro. Cogí otra bolsa y la rompí, metí en pie dentro y a la altura de la rodilla le puse la goma, deje entonces caer el resto de la bolsa hacia abajo y cubría la primera bolsa como una falda. Para evitar fugas que mojasen el yeso, bajo la segunda bolsa, donde empiezan las gasas, puse una camiseta y la até. Ya tenía el pie, teoricamente, impermeabilizado. Faltaba la prueba de fuego: intentar ducharme.

Pues allá me voy al baño. Dejo todo preparado y a mano, toalla y el gel de ducha. Me subo a la ducha y me pongo en una postura un poco extraña para evitar lo máximo posible la exposición al agua de mi invento. La postura es que la pierna mala la levanto y la dejo en el bordillo del baño, con una mano me apoyo para no caerme y con la otra manejo la alcachofa de la ducha con mucho cuidado. Si se mira bien, estaba como dando una patada de kárate lateral. Es decir, lástima una foto porque seguro que estaba muy gracioso, mientras estaba en la ducha me reí mucho, pensando en la postura, en que haría si me caía, y cosas por estilo. Bueno, finalmente logré darme una ducha decente, y la pierna mala permaneció seca durante todo el proceso. Estoy muy contento y orgulloso de mi ducha, si señor.

viernes, 18 de mayo de 2007

Capítulo 27: Los exámenes de maturita.





En la 1ª una vista de un concierto en el majales. En la 2ª el ambiente el día del partido contra Canadá. La 3ª es una vista de Kosice. En la 4ª hablando con un tío en Kosice, no dijo nada, lo dejé mudo de asombro. En la 5ª con una profe de español de Kosice.

El viernes 11 de mayo salimos un poco por la noche pero nos retiramos temprano porque el sábado nos fuimos a Kosice de visita, tampoco había mucho movimiento. Paloma iba desde Bratislava con una amiga, dos compañeros subían desde Hungría y nosotros desde Zilina. Nos estaban esperando los profes que viven alli. Comimos muy bien, paseamos por la ciudad y por la noche salimos de fiesta. El domingo nos levantamos temprano porque queríamos ir a visitar unas cuevas que hay cerca de la ciudad, a unos 20km. Llegamos allí y resulta que la visita guiada que pensábamos hacer era media hora más tarde de lo que pone en internet. Paloma pilló un rebote muy grande, con razón, todo hay que decirlo. No cuesta nada poner bien la información en internet. Tampoco podíamos esperar la siguiente visita porque se nos hacía tarde para volver a nosotros y a los de Hungria. Lo que hicimos fue tomar algo y volver para comer, por la tarde despedida de todos y regresamos a casa.

El lunes y el martes siguiente trabajamos normal, a estas alturas ya estamos todos, alumnos y profesores, cansados, pero ya falta poco para terminar el curso así que debemos hacer un último esfuerzo. El miércoles empezaron los exámenes de maturita para los de 5º y de 4º (pero solo de lengua eslovaca). Hay un tribunal con un presidente externo, despues los profesores españoles de la asignatura, alguno eslovaco, la agregada de educación y un inspector que viene de España para estos exámenes. Ya hicieron un maturita escrito pero este es oral y es más importante porque determina su nota final. Hace meses se les dio el programa que son unos 25 temas para preparar. El día del examen escogen una bola con el tema que les toca, tienen unos 20 min. para escribir el tema, y después lo defienden oralmente y responden a algunas preguntas de los miembros del tribunal. Aunque se suelen poner buenas notas, están muy nerviosos. Para maturita es cuando más estudian en los 5 años en el instituto. La mayoría vienen muy arreglados, traje ellos, y ellas traje o vestido. Muy formal, aquí hay un montón de cosas formales. Para cualquier tontería, venga, todos en traje. Las notas al final han sido bastante buenas, casi diría que muy buenas, algunos con aprobados han sacado notable y los buenos casi todos notable y sobresaliente. Los alumnos con los que hablé estaban contentos la mayoría.

El miércoles debería tener algunas clases con 1º, pero al final he acompañado a una alumna de francés a Martin, una ciudad cercana, a un concurso de recitación de prosa y poesía en eslovaco, he ido con ella porque la chica es menos de edad y tiene que acompañarla alguien. Lo hizo muy bien, así que ganó. Por la tarde estuve en el instituto apoyando a los de 5º en los exámenes de maturita. El jueves y el viernes me tocó ir de excursión, como con maturita se ocupan muchas aulas, en el centro solo están algunas clases, el resto se van de paseo al campo con varios profesores. El jueves fui con 3º y el viernes con 2º. Es un poco rollo porque solo es pasear, pero nos mandan y tenemos que ir. El jueves fuimos a las afueras de la ciudad andando, pero por el asfalto, el monte al lado y nosotros por el asfalto. Yo puse música y pase de todo el mundo, cuando me preguntaron si nos íbamos dije que claro. El viernes fuimos con segundo y fue un poco mejor, pero solo un poco.

La noche del jueves nos fuimos Diego y yo a tomar algo con los de 5º, pero estaban 5 o 6 nada más, hay muchos grupos entre ellos y parece que no terminan de llevarse del todo bien. Habíamos quedado en cenar un día y después salir de fiesta, pero como ya terminaron pasan unos de otros y no creo que vayamos. Tiempo al tiempo.

jueves, 10 de mayo de 2007

Capítulo 26: El majales, el viaje a Bucarest y la despedida de 5º.





En la 1ª vemos una iglesia ortodoxa en Bucarest; en la 2ª estamos todo el equipo antes de cenar; en la 3ª se ve el gigantesco edificio levantado en la época del megalómano Caucescu. En la 4ª una vista de la ciudad desde el 'caucescódromo'. En la última aparece un poste de la luz, en toda la ciudad son iguales, como tengan un apagón no sé como podrán arreglarlo con este lío de cables.

Terminé el anterior capítulo en la olimpiada, después de despedir a nuestros concursantes y sus profesores, el resto del fin de semana tocó descansar; el martes era festivo, así que el lunes salimos a tomar unas birras con Paz y Lukas, que estaba de visita por la ciudad. El martes empezó el majales, que es algo así como una fiesta de mayo en la universidad. Me acerqué con Diego a tomar unas birras, bastante ambiente, música infame y, como no, muchos alumnos. El miércoles fui a ver el partido de hockey hielo contra Canadá, que lo proyectaban en al majales, perdieron pero fue un buen partido (era el campeonato del mundo). El jueves fui otra vez con Luis y después aparecio Diego, quedamos con una chica que conocemos y nos volvimos a encontrar mucha gente. Como siempre los grupos son malos pero fue el día con más ambiente. El viernes 4 de mayo fuimos a un concierto de Iva Bittova, una checa violinista que tiene una voz increíble, pero algo demasiado new age para mi gusto, me sobró la mitad del concierto, pero como curiosidad no estuvo mal.

El sábado salimos de madrugada Diego y yo para Viena ya que nos fuimos hasta el martes a Bucarest, la capital de Rumanía. Allí coincidiríamos, de nuevo, con nuestros amigos de Banská: Lara, Juan carlos y Javier; también estaban los padres de Javi, que están de visita en Eslovaquia. Después de llegar nos fuimos al centro a buscar a nuestros acompañantes que nos estaban esperando en el piso que alquilamos para pasar estos días.

Los días que estuvimos allí transcurrieron entre paseos y comer abundantemente (adios a la operación tanga para el verano). Decir que la cuidad es muy grande, bastante caótica y desestructurada y con contrastes grandes, tanto en los edificios (cosas bonitas al lado de otras horribles), como en la gente, se ven buenos coches y gente con buena ropa, pero hay muchísima mendicidad, muchos mendigos son personas mayores. Los precios no son muy altos para nosotros, pero yo creo que para ellos si lo son, un café vale un euro o algo más, y una cerveza a partir de un euro y medio. Pero parece un sitio con poca vida para el tamaño que tiene, se ven pocos bares, indicador universal del movimiento de las ciudades.

Pero lo pasamos bastante bien, a los amigos de Banská ya los conocíamos de anteriores aventuras, y los padres de Javi son majísimos, así que todo muy bien, hasta tuvimos tiempo de esperar el rescate de 4 de nosotros que quedaron atrapados en un ascensor. Un cosa interesante es la megalomanía del dictador Caucescu. Construyó un edificio inmenso a todo lujo en un país pobre, el interior es de marmol, madera, lámparas immensas, remates de oro y cosas así. Unas escaleras las tuvieron que rehacer tres veces porque a la mujer del susodicho no le gustaban y no bajaba cómoda por ellas, algo increíble. Alrededor del edificio levantó unas avenidas enormes, y para ello no le importó derribar y desplazar muchas iglesias y palacetes que estaban allí. Decir que en tiempos a la ciudad la llemaban la París del este, creo que es significativo. Para resumir, que está bastante bien para un par de días, quizás no para ir a propósito, pero en una ruta de varias ciudades, o si se está de paso, no está mal.

La vuelta fue bastante pesada y salimos con un poco de retraso, por lo que ya pasamos el resto del viaje con fuego en el culo, casi perdemos el tren para Zilina, pero por suerte Paloma nos llamó a un taxi y llegamos a tiempo. El miércoles 9 de mayo fue un día extraño, a la vez alegre y triste. Ese día se despidieron los alumnos de 5º, tanto de francés como de español. Cuando llegué estaban los de francés pidiendo dinero en la entrada a cambio de caramelos, una vez dentro hacían lo mismo los de español, es una tradición, hay institutos en los que sus alumnos salen a la calle a pedir. Estaban todos bien vestidos y arregladitos y más tarde fueron recorriendo las todas las clases despidiéndose de los alumnos y de los profesores. A media mañana vamos todos al anfiteatro del instituto, la dire dio un pequeño discurso de despedida y felicitó a algunos con buenas notas. Después ellos dijeron una palabras de despedida (entre otras cosas dijeron que se iban pero que dejaban una cosa muy valiosa: los profesores), después nos dieron una flor a todos sus profesores. Al final los demás alumnos les hicieron una especie de túnel con los brazos y pasaron todos por allí. Nos hicimos unas fotos con ellos y vuelta al trabajo. Ahora tienen que estudiar para el maturita oral y terminan sus estudios de secundaria. Hemos quedado de salir un día de fiesta con ellos, espero que lo cumplan. Una tradición curiosa aquí es que después, cada 5 años quedan todos para cenar y ponerse al día de sus vidas, van ellos y su tutor a recordar viejos tiempos, pero se hace con la clase de secundaria y no en la universidad.

martes, 1 de mayo de 2007

Capítulo 25: El capítulo extra: En donde nuestro intrépidos héroes se enfrentan a un gigante





En la 1ª tomando unas cervezas con los de 5º y algún amigo suyo en el Migrenia (migraña). En la 2ª vemos un cartel que está en la entrada del Tesco, ¡es imposible robar porque no puedes entrar con pistola!, que previsores estos eslovacos.En la 3ª durante la despedida de los de 5ºen el instutito; en la 4ª cuando pasan por el túnel que les hacen sus compañeros; en la 5ª con los que ya son ex-alumnos.

Nuestros bravos e intrépidos amigos regresaban de madrugada a su posada, luego de haber ido a calmar su hambre en un mesón que les habían recomendado unos labriegos de la zona, aunque les costó tiempo y paciencia el entender donde estaba el lugar, pues esas gentes rudas hablaban una lengua bárbara, salvaje e incomprensible, nada que ver con el elegante y sencillo idioma de la lejana península patria.

Todas sus armas las habían dejado en la posada, así como sus valiosas monturas, todo ello para intentar pasar lo más desapercibidos posible en medio de esta gente de aspecto bravo y amenazador y para que no se sintiesen atemorizados por ellos, pues es conocida la capacidad de los magos enemigos de nuestros desfacedores de entuertos, y que podrían conocer su presencia a través de los ojos de los nativos de la zona. Decíamos, pues, que volvían a sus aposentos nuestros amigos, pensando ya en tumbarse en sus lechos para descansar del largo y agotador viaje que les había traído a estos extraños parajes, y soñar con las hermosas doncellas que, cuenta la leyenda, abundan en estas lejanas y verdes tierras, y que prometen elevar a los siete cielos los cuerpos y espíritus de aquellos que tienen la fortuna de yacer con ellas.

Cerca ya de la posada, se complacían nuestros aventureros en pasar el tiempo recordando pasadas aventuras y compañeros de tantas batallas caídos en el duro fragor de la lucha. En estas estaban cuando, salido de la oscuridad de la noche, se les aparece un gigante tan grande como la almena mayor del mayor castillo conquistado por nuestros valientes en anteriores hazañas. Sin darles tiempo, ni siquiera, a poder ponerse a cubierto, y con sus brazos que medían no menos de 10 metros de longitud, les lanzó un mandoble que a buen seguro terminara con sus vidas si no fuese gracias a sus excelentes reflejos, muy bien entrenados en las múltiples contiendas en las que nuestros hábiles luchadores se han visto envueltos; pero a pesar del intento de esquivar el golpe, no pudieron evitarlo del todo, y recibieron en sus testas un buen garrotazo que les dejó aturdidos por unos instantes, pero estando ellos adiestrados en las situaciones más peligrosas que imaginar podemos, rapidamente reaccionaron y se levantaron para ponerse a salvo de la siguiente arremetida de su oponente. En estos peligrosos momentos lamentaban el haber dejado sus armas a reguardo creyendo que sería menos peligroso no tenerlas.

El gigante se dispuso a buscarlos para acabar con ellos repartiendo zarpazos a diestro y siniestro, que arrancaban de cuajo los árboles que encontraba a su paso provocando un gran estruendo. No estando aún en condiciones de responder a las acometidas del coloso, optaron nuestros desventurados por retroceder y ocultarse momentaneamente en la espesura aguardando recupar todas sus fuerzas y tener todos sus sentidos preparados para afrontar la difícil pelea que se avecinaba. No es necesario explicar que este comportamiento no es costumbre de nuestros valientes caballeros, y que unicamente tuvieron ese proceder por causa del cobarde y traicionero ataque sufrido al amparo de la oscura noche y por la falta de sus armas que les impedía el defenderse adecuadamente.

Una vez recuperados y a salvo en medio de la espesura del bosque y de la oscura noche, discutieron qué hacer, si quedarse y luchar en desigualdad con el gigante enemigo, o retirarse a la posada al amparo de la noche que los acultaba momentaneamente para poder recuperar sus preciadas armas con las que abalanzarse sobre su contrario. Al final decidieron, con muy buen criterio, permanecer en la batalla, pues no es comportamiento digno de un caballero el retirarse de una disputa, y mucho menos el permitir que semejante bestia campe a sus anchas por las aldeas, haciendo todo el mal que sus infernales orígenes le permitan. Aún siendo conocedores del riesgo que para sus valiosas vidas entrañaba enfrentarse con el enorme gigante que persistía en su búsqueda, no dudaron en arriesgar su existencia por una causa justa.

Para el embite rehusaron sabiamente el enfretamiento directo, conocedores de la descomunal fuerza del cíclope. Se decidieron entonces por atacar a su enemigo cada uno por un flanco, y mientras uno entretenía a la bestia, el otro le golpeaba con todas sus fuerzas; pero poco daño podían infrigir en tamaño enemigo sin las armas adecuadas; si dispusiesen de sus espadas, unos cuantos mandobles habilmente ejecutados y, sin duda, la batalla terminaría pronto. A pesar de esto, su táctica tuvo efecto y consiguieron disminuir notablemente la fuerza y el empuje del contrario a base de perseverancia y pequeños ataques sabiamente dirigidos. La fiereza del enemigo disminuyó y, poco a poco, se dio cuenta de que sus contrarios no eran fáciles de batir, más bien al contrario, y de pronto se despertó en el un sentimiento de miedo que hasta ese momento desconocía, pues era muy notoria la calidad combativa de nuestros amigos y su incapacidad de hacerles el más mínimo rasguño. De esta forma empezó a recular hacia el bosque intentando ocultarse en la maleza, pero su gran tamaño y la astucia de sus contrarios le impedían ocultarse y evitar los contínuos ataques que sufría y que mermaban sus fuerzas poco a poco.

Estaba la batalla decantándose claramente, a estas alturas, a favor de nuestros dos arrojados héroes, pero el cansancio acumulado durante el largo viaje y el duro batallar les hizo pararse unos instantes a recuperar el resuello que les permitiese un último ataque al coloso y poder finalizar la pelea victoriosos. Pero el cíclope diose cuenta del agotamiento de sus contrarios, y pese a estar él también muy fatigado, utilizó sus escasas fuerzas para alejarse y adentrarse en una oscura cueva. Cuando nuestros compañeros descubrieron la artimaña, corrieron para evitar la huída y poder atrapar a su poderoso enemigo, pero ya fue tarde. Permanecieron en la oscura entrada del agujero un buen trecho deliberando sobre la oportunidad o no de entrar para rematar a su hercúleo enemigo. En esas estaban cuando oyeron, desde el interior de la oscura caverna, varios alaridos que, sin duda, provenían de otros gigantes dispuestos a vengar al malherido que les pedía ayuda.

No duden nuestros lectores que, de tener nuestros valientes guerreros sus armas, jamás se hubiesen retirado del campo de batalla, pero las más elementales normas de supervivencia dictaba, en esta ocasión, la conveniencia de retirarse y esperar otras ocasiones más propicias en las que demostrar su valentía eliminando para siempre a estos gigantes que tienen a la población atemorizada desde tiempos inmemoriables. De esta forma alejáronse rapidamente del lugar para no ser vistos por los gigantes y apresuraronse en llegar prontamente a la fonda donde poder descansar para las nuevas disputas a las que tendrán que enfrentarse en un futuro no lejano.