domingo, 17 de junio de 2007

Capítulo 29: El final del curso.






En la 1ª un homenaje a Luis y Manuela, grandes amigos aficionados a la naturalez, es la foto de una gaviota reidora. En la 2ª en los jardines de la mansión del embajador. En la 3ª estoy en al bus con Aga camino del Wilsonic. En la 4ª el mejor retrato que me han hecho en años, ¡no se me ve el careto!. En la 5ª en el festival con el castillo de Bratislava al fondo, ¿pensando en el futuro?

Finalmente, el jueves 31 de mayo me quitaron la escayola, el tobillo está hinchado pero puedo andar bastante bien, tengo que ponerme una pomada y una venda, y me ha dicho el médico que durante dos semanas tenga con mucho cuidado, no puedo saltar, correr cosas similares. El viernes fui al instituto a llevar los papeles y por la tarde viajamos a Bratislava a otra reunión de 'trabajo'. Después de ir al hotel bajamos al centro para quedar con la peña, allí cogemos un autobús y nos vamos a una zona de residencias universitarias porque hay una fiesta de la cerveza y, claro, a una cosa así no se puede dejar de ir. Llegamos Diego y yo los primeros y paseamos por la fiesta, hay conciertos, mucha peña, y buen ambiente. Poco a poco van llegando el resto y al final nos juntamos bastantes: un montón de españoles, algunos franceses, una checa, y dos polacos. Nos lo pasamos muy bien y nos retiramos al terminar los conciertos. Nos costó bastante encontrar taxi porque como el recinto está lejos del centro todos querían subirse a los taxis.

El sábado por la mañana nos vamos a seguir 'trabajando' con lo de la publicación que estamos preparando, aunque nos falta mucho por hacer, las cosas avanzan poco a poco; pero me parece que la gente se obsesiona demasiado, algunos prepararon 20 y 30 ejercicios; yo sólo tengo 6 y aunque mi tema es muy sencillito ya estoy pensando en que más puedo añadirle, me da un poco de vergüenza tener tan pocos ejercicios, pero no sé que ha pasado con aquello de la ley del mínimo esfuerzo. Ahora por culpa de tener unos compañeros tan responsables y trabajadores yo tengo que trabajar más. ¡Habrase visto!

La noche del sábado salimos, una vez más, de fiesta. Nos vamos donde casi siempre, al zulo, yo me lo pasé muy bien otra vez, estuve mucho tiempo hablando con Aga, la chica polaca que había conocido la noche anterior. Majísima, es muy divertida y no para de hablar. El domingo volvemos a trabajar un poco más por la mañana y después de comer regresamos a Zilina.

El lunes 4 vuelvo al trabajo, para desgracia de mis alumnos que contaban con no volver a verme este curso. Falta muy poco para el final, están todos cansados y con pocas ganas de estudiar, aunque saben que deben hacer un último esfuerzo. Esta semana solo repasamos unas cosas y hacemos ejercicios, la semana siguiente tendremos mucho exámenes. Los de 1º tienen el examen final de español y están un poco nerviosos. La semana pasa rápido entre las clases y algunas reuniones. También han vuelto los del intercambio y, salvo un par de detalles, parece que todo ha salido bien y los chicos están contentos con el viaje.

El viernes 8 viajo otra vez a Bratislava, esta vez solo. Voy porque hay un festival de música y he quedado con algunos profes de allí y con Aga, la chica polaca. No hay mucho que contar, estamos en el festival, hay algunos grupos interesantes, sobre todo el sábado, y nos juntamos otra vez un grupo de gente de distintos países. El domingo viajo de vuelta bastante cansado y mentalizándome para la semana de trabajo que me espera.

Efectivamente la semana del 11 al 15 ha sido intensa de trabajo, todos los días con exámenes y por las tardes corrigiéndolos porque me voy el 22 y el 20 debemos tener todas las notas puestas. He tenido que ir al médico otra vez, pero solo para un certificado. Es muy extraño, parece ser que aquí cuando terminas un contrato tienes que tener el certificado de que estás sano, no lo entiendo. También me ha dicho la directora que si la dueña renueva el contrato, me puedo cambiar al piso de Mariaje, que es el mejor de todos, el mas céntrico y el mejor preparado.

El viernes quedo para cenar en el centro y me acuesto temprano que el fin de semana tengo mucho para corregir. El sábado quedamos para cenar algunos profes españoles y las dos profes eslovacas de español. Queríamos salir un poco para celebrar el último fin de semana en Zilina mío y de Paz, pero aquí los sábados la cosa está bastante apagada y nos retiramos temprano. Me dio mucha pena que el último día de fiesta no fuese más animado. La verdad es que desde febrero las noches aquí han bajado mucho, sobre todo porque el emocia ha perdido bastante ambiente, hasta enero nos pasábamos unas noches de fiesta y de bailar tremendas, pero a partir de esa fecha la cosa ha caído en picado, no se por qué. Espero que el curso que viene la cosa está mejor. No recuerdo si ya lo comenté alguna vez, pero me quedo el año que viene, voy a ser el único que renueva, el resto se van, ahora voy a ser el rey del gallinero.

Los últimos días son de un estrés tremendo, terminar de corregir, pasar las notas, últimas reuniones, recoger las cosas del piso y llevarlas a casa de Héctor porque no puedo dejar nada... El jueves 21 de junio vamos, una vez más, para Bratislava Diego y yo. Esta vez el motivo es que es la entrega de varios premios de la agregaduría, y como nosotros organizamos la final de la olimpiada de matemáticas en Zilina, pues nos han invitado a asistir al magno evento. Así que allá nos vamos a la entrega de premios. La ceremonia es un rollo, corta y al terminar comemos con los alumnos ganadores antes de que regresen a sus lugares de origen. Por la noche, ¿a que no adivinais qué hacemos?, si, salimos de fiesta, la rutina es lo que tiene. El viernes por la mañana tenemos una reunión de despedida de lectores y a la hora de comer hay una recepción en casa del embajador para celebrar mi santo, bueno, también es el del rey, pero yo prefiero pensar que es por mi, que soy una excelente persona, ¿no os parece?; hay mucha gente y comemos un montón. Al terminar tomemos un café en el centro, yo me despido a media tarde de mis compañeros ya que esa noche vuelo a Galicia para mis vacaciones y me voy porque había quedado con Aga para despedirla. Pasamos unas horas juntos y hacia las 7 de la tarde tomo un taxi para el aeropuerto. Vuelo hasta Frankfurt y la mañana del sábado, muy temprano, me subo a otro avión que me deja en Santiago donde me recogen mi hermana Susi y Diego. Empiezan mis vacaciones, pero eso es otra historia...