lunes, 14 de abril de 2008

Capítulo 47: El viaje hasta Lvov.





En la 1ª vemos la estación de Lvov, muy bonita, la de Kiev también lo es. En la 2ª, una calle de Lvov. En la 3ª se ve una plaza de Kiev, la 4ª es un edificio del monasterio patrimonio Unesco que hay en Kiev; en la 5ª una foto robada (había que pagar) del museo de Chernibyl, en los carteles los nombres de pueblos evacuados y desaparecidos, impresiona mucho.

El miércoles 19 preparo todo para el viaje a Ucrania, limpio el piso, ordeno todo y hago la mochila; aquí cometo un pequeño error y casi no pongo camisetas, esto es raro en mi porque normalmente reviso todo una y mil veces, así que cuando me olvido algo suele ser poco importante, pero repitiendo camisetas tengo suficientes, así que no pasa nada, de todas formas, y como comprobaréis, es un augurio de lo que va a pasar en este viaje.

Sobre las 8 de la tarde salgo con el coche hacia Banská. El tiempo está un poco mal y para el viaje parece que no va a ser muy bueno, me preocupa porque las ruedas ya están un poco gastadas, yo esperaba que hiciese buen tiempo para cambiarlas más tarde. Allá me voy tranquilamente, más adelante tengo que subir una montaña para llegar a mi destino, pero, claro, en la montaña nieva, como hace poco que empezó no hay demasiada nieve en la carretera pero a medida que subo hay más y más. El problema es al bajar, con poco dibujo en los neumáticos y con nieve el coche tiene poca adherencia y noto que alguna vez no tengo mucho control. En una curva piso un poquito el freno y el coche se me va, menos mal que iba muy despacio, a unos 30 km/h, hago un trompo, casi me doy contra un poste y me quedo atravesado en la carretera, me bajo y durante un par de minutos pienso qué hacer, por suerte el primero que pasa es un quitanieves y el conductor me ayuda, salgo de la nieve y continúo muy despacio. Un par de veces más el coche patina un poco pero consigo controlarlo, cuando llego a mi destino respiro tranquilo. Primer susto del viaje.

El jueves 20 mejora el tiempo y salimos por la mañana Lara, Javi, Joan Carles y yo, hacia Kosice. Allí vamos al aeropuerto donde esperamos a María José, una amiga de Lara que viene desde España, también nos encontramos con Dani, profesor en Banská, Javier, profesor del instituto Cervantes en Lublijana (Eslovenia) y Manuel, amigo de ellos. Al poco de salir de Kosice hacia a frontera empezó a llover y nevar. En la frontera yo estaba muy nervioso por la fama del país, que si las mafias, que si los polis son unos cabrones (que lo son), que si los sobornos, que si pueden hacerte pasar muchas horas para cruzar... Bueno, la verdad es que no tardamos demasiado, una media hora o poco más. Eso si, lo apuntan todo: los datos del coche, cuantos viajamos, datos de los que viajamos.

El primer tramo del trayecto desde la frontera hasta Lvov vamos juntos, al poco a Dani lo paran por exceso de velocidad pero, sorprendentemente, no le ponen multa. Más adelante nos separamos, Dani va más rápido porque tiene ruedas buenas y como por momentos nieva prefiero ser prudente, así que voy despacio, menos mal que la carretera estaba muy bien, porque otra cosa que nos habían dicho es que las carreteras ucranianas son muy malas, pero por lo menos esa no lo es, tiene carriles anchos y el asfalto está bien casi todo el recorrido. Otro dato interesante es que la gasolina vale un poco más de la mitad que en España y Eslovaquia, unos 70 y 80 por litro de 95 sin plomo.

Levábamos poco más de la mitad del camino cuando nos para la poli, me pide la documentación y nos vamos Lara y yo a la caseta con el tío. Nos explica que es una zona de 50 e íbamos 70 y tenemos que pagar una multa. Lara habla eslovaco y como se parece un poco al ucraniano y al ruso consigue hacerse entender. Le dice que es de noche y no vimos la señal, que llueve, que vamos a ir despacio, pero el tío empeñado en que tenemos que pagar, seguimos que tal y que cual, le decimos que no tenemos hrimis (o algo así, es la moneda local) y que no hay cajeros, y el tío nada, tenemos que pagar; Lara saca su cartera y se la muestra, dentro hay 1500 coronas eslovacas (son más de 40€), el tío pregunta si es mucho y Lara responde que no, que es poco (menos mal que yo no le enseñé la mía porque llevaba más de 100€ en ella). Le ofrecemos pagarle en coronas y que él las cambie, pero tampoco, que hay que pagar en hrimis, euros o dólares. En esto le llega un sms a Lara y le dice al poli que son nuestros amigos ucranianos que nos esperan en Lvov y que quieren saber donde estamos (mentira, eran los del otro coche); al rato quiere saber de qué trabajamos y le explicamos que somos profesores en Eslovaquia y a la pregunta de si pagan mucho le decimos que no, que Eslovaquia es un país pobre y que pagan mal (lo que es cierto, pero más que en Ucrania se gana). Bueno, seguimos terciando con el tío, ofreciéndole pagar en coronas otra vez, que comprenda, que si los amigos, que si vamos despacio...; al final el tío se debió convencer de que no teníamos nada y nos dejó ir sin pagar. Tuvimos algo de suerte, pero Lara estuvo fantástica en la negociación. En cambio a los del otro coche los pararon y pagaron 80€, no sé si no negociaron bien o no había ninguna chica, pero nosotros nos salvamos.

Muy contentos continuamos el camino, y ya bastante cerca de Lvov pillo un bache y al poco me doy cuenta de que voy sin aire, ¡había pinchado!, lo gracioso del pinchazo es que el coche tiene casi 8 años y era la primera vez que pinchaba, ¡y voy a pinchar en Ucrania, de noche y nevando!. Nos bajamos y cambiamos la rueda, tardamos media hora porque no sabíamos donde estaba nada, pero lo conseguimos sin mayores contratiempos. Una vez recogido todo continuamos y al llegar preguntamos por la estación de tren, donde nos esperan los del otro coche. Dejamos los coches en un garaje cerca, compramos los billetes y cerca de la una de la mañana hora local (una más que en Eslovaquia y España) subimos al tren que nos llevará a Kiev.

El viaje en el tren es bastante curioso. Estaba casi lleno, no es demasiado caro por lo que son muy populares. Salimos hacia 1 de la mañana y la llegada está prevista para las 9:30 creo recordar. Lo primero que te llama la atención es que todos son coches cama, cada viajero tiene una litera, no hay puertas que separen los compartimentos y lo que sería el pasillo también tiene literas. Todo esto es en 2ª clase, en 1ª los compartimentos tienen puertas. La revisora te da unas sábanas y hay almohadas y mantas. Después de preparar las literas para dormir y ser el objeto de la atención y curiosidad de la mayoría de los viajeros, nos vamos a la cafetería a tomar unas cervezas, allí estamos un rato largo con la camarera y un tío que aparece y se pone a hablar con nosotros. Para picar compramos unas bolsas de calamares secos que están muy buenos, y muy salados también.

A mi me cuesta dormir bastante, entre el traca-traca del tren y que no las tenía todas conmigo por si nos robaban, me despertaba cada media hora. Yo llevaba la cámara que me costó mas de 200€, el móvil, la PDA, ropa..., y claro, los prejuicios sobre Ucrania que tenemos pesan lo suyo, debo reconocerlo; nos pensamos que todos son mafiosos y ladrones, que nos van a robar y a secuestrar y a quitar un riñón para trasplantes..., y claro, las tías son todas medio putas y que con decir que eres extranjero ya ligas seguro, pues nada más lejos de la realidad, el que muchas salgan del país, engañadas o no, a trabajar en la prostitución en Europa occidental no significa nada, ¿o es que no hay putas españolas, francesas, alemanas...?, también hay mucha gente que emigra en busca de una vida mejor y son honrados, hay que intentar entender las situaciones y no simplificar.

Si parece ser cierto que tienen muchos problemas con la corrupción (mirad los ayuntamientos y políticos españoles, en todas partes se cuecen habas) y yo no digo que no ocurran esas cosas, lo mismo que en todos lados, y tampoco es cuestión de ir por ahí mostrando que tienes dinero y cosas así, y seguro que en muchos sitios hay que pensárselo dos veces antes de entrar, pero eso también pasa en España, yo he estado en sitios en Madrid donde no me sentía muy seguro y no las tenía todas conmigo. Pero lo importante es que no pasa nada y llegamos a Kiev sin problemas.

Capítulo 46: El cumpleaños de Aga.





En la 1ª en la fiesta latina (Aga, Eva, yo y Rafa). En la 2ª están Aga y su amiga Ania en el zulo. En la 3ª una escultura en el Danuviana, un museo a las afueras de Blava, en un sitio al lado del río alucinante y cerca de Austria y Hungría. En la 4ª un coche con las ruedas un "poco" gastadas y en la 5ª vemos una terraza con una silla para descansar, decoración a la eslovaca.

El fin de semana del 1 y 2 de marzo Aga viene a Zilina de visita. El viernes cenamos y salimos un poco y el sábado nos damos un paseo y vamos de compras, por la noche estamos invitados a una fiesta latina donde actúa Arnaldo, un cubano que vive aquí, lo pasamos bastante bien en la fiesta, pero yo estaba muy cansado del viaje y nos retiramos no muy tarde. La siguiente semana tengo algunos exámenes y poco más, lo más reseñable es que paso bastante tiempo con un curso de HTML que estoy haciendo, ya lo he empezado tarde así que es hora de ponerse las pilas.

El sábado 8 voy para Blava, donde me esperan Aga y una amiga suya llamada Ania, que viene desde Varsovia para celebrar el cumple de Aga, que es al día siguiente. Después de comer vamos a Blava, habíamos quedado para cenar con 15 personas para celebrar el cumple, se le dan regalos y nos vamos a bailar al zulo, lo pasamos muy bien, la mayoría terminó con unas cuantas copas de más y sin poder hablar muy bien, ya me entendéis...

La semana siguiente hay exámenes de maturita escrito de 5º y de 4º, esos días hay cambios de horarios y de clases. El sábado 15 nos acercamos a Viena con Naiara para ver una exposición en el museo Albertina sobre pintura del siglo XX muy interesante. La semana siguiente es muy corta porque el jueves ya no trabajamos, es Semana Santa y tenemos vacaciones del 20 al 25 de marzo. Estos días tenemos un reunión y me dan una mala noticia. Resulta que Pili, la profe de matemáticas, vuelve a España el curso siguiente y la directora tiene la idea de cambiar la plaza de matemáticas por una de lengua porque no encuentran profesores eslovacos de español (cosa normal porque los sueldos son bajos y si por encima tienes que pagar el alquiler pues no salen las cuentas). El resultado de todo esto es que yo daría física y matemáticas y seguramente no tendría las clases de 1º, que son las mejores y más divertidas.

La idea no me hace ninguna gracia porque tendría que trabajar mucho más, preparar lo de matemáticas, muchos más exámenes y todo eso, perdería mucha calidad de vida y no me apetece; le digo a la directora esto pero ella me dice que en otros centros hay un lector para mates y física (eso es cierto pero nosotros tenemos dos clases de 2º a 5º y en los otros centros, no todos, solo tiene una clase) y que la lectora de francés está en la misma situación. Tengo pocos argumentos que oponer así que es casi seguro que el año que viene estaré peor. Lo único que podemos hacer es enviar una carta al ministerio explicando la especial situación de nuestro centro para que volvamos a ser 6 lectores como el año pasado, no surtirá efecto, ya lo sabemos, pero por lo menos damos a conocer nuestro problema.

Capítulo 45: Las últimas fotos de África.





En la 1ª, un cartel en la calle anunciando partidos de fútbol europeo. En la 2ª, unos niños en la calle que no iban a la escuela. En la 3ª podemos ver el ferri lleno de coches y de gente. En la 4ª estamos yo y JC descansando en la habitación en Jamjambury. En la 5ª vemos un detalle del asfalto en una zona cerca del hotel, estaba hecho con conchas.