De arriba hacia abajo. En la 1ª, la belleza del paisaje eslovaco. En la 2ª preparados para ver una peli en 3D. En la 3ª al terminar la final del europeo de baloncesto. En la 4ª cruzando el Amazonas para llegar a territorios inexplorados. En la 5ª un cartel en el mercado de Sabarís, atención a la cuidada redacción: "canbia".Después de llegar, los exámenes, el reencuentro con los compañeros y con Aga, empieza la pelea en la escuela otra vez. Los profes españoles somos los mismos menos una chica nueva que ha llegado esta año, es madrileña y se llama Gema. Así que estamos en la rutina de siempre, currando un montón y los fines de semana hemos ido a la montaña algunas veces disfrutando del tiempo y de la maravillosa naturaleza eslovaca. También ha ido algunas tardes con Rafa a patinar al lago, hacemos casi una hora en un camino largo asfaltado que hay, va mucha gente a montar en bici, a correr y a patinar.
El viernes 18 nos vamos a Polonia, se casa una amiga de Aga en su pueblo, allá donde el viento da vuelta, lejos de la lejanía. El viajecito se las trae, nos acercamos en coche a Katowice, casi 3 horas, dejamos el coche en un garaje y vamos a la estación a comprar el billete. La idea era comprar coche cama pero resulta que no se compra anticipado, hay que esperar a que llegue el tren; llega y no hay sitio así que viajamos en 2ª. Tardamos unas 10 horas en llegar, he intentado borrar de mi memoria un viaje tan pesado, es eterno. Bueno, llegamos muy temprano y vamos a dormir un poco. Después de comer descansamos y nos preparamos para la boda. La boda estuvo normal, una boda, comimos bastante bien (con sopa de primero, claro está) y después estuvimos un poco de fiesta, yo estaba bastante cansado y no tenía muchas ganas de bailar. Nos fuimos pronto a cama con la idea de madrugar para regresar.
Lo de madrugar es porque ese domingo, el 20 de septiembre de 2009 (fecha para recordar) era la final del europeo de baloncesto en Katowice. Como la selección española llegó a la final quería intentar comprar entradas en la reventa. Pues nada, nos levantamos a las 7 y tira de vuelta. Después de otro eterno viaje llegamos a Katowice, nos acercamos al estadio y fue llegar y un tío nos ofrece entradas, vamos a taquilla a ver si son buenas y las compramos; pagamos 25€ por cada una, muy barato (su precio original era de 40€).
El partido, mejor dicho, el partidazo, fue un baño, un entrenamiento con serbios. Cuando la selección española juega al 100% es casi imposible pararla, incluso para los americanos NBA, como se demostró en la final de la olimpiada. Fue un lujo poder ver el partido, sólo por eso valió la pena la paliza de ir a la boda. Al terminar el partido, nos vamos a por el coche y viaje hasta Zilina, llegamos un poco tarde pero contentos, Aga por ir a la boda de una amiga y yo por poder ver el partido.
