Capítulo 51: La verde Irlanda.

En la 1ª vemos la fachada del Temple, creo que tiene más de 200 años el garito. En la 2ª hay un castillo. En la 3ª dos focas que vimos en el puerto de un pueblo cerca de Dublin. En la 4ª una indicación de por donde viene los coches, también las hay hacia la derecha. En la 5ª vemos una parte del castillo de Dublin.

El segundo fin de semana de mayo es festivo otra vez el jueves, pero en la escuela nos dan el viernes libre, así que el miércoles 7 al terminar las clases me voy a Blava, pasamos la tarde preparando las cosas. El jueves madrugamos para ir al aeropuerto, viajamos sin problemas y aterrizamos a las 12 del mediodía hora local (es una hora menos, como en Canarias y Portugal).

Nos están esperando nuestros anfitriones y nos vamos a comer a un pueblo de la costa. Por la tarde vamos a Dublin porque Paz trabaja y Lucasz nos hace de anfitrión. Paseamos y tomamos una pinta en el Temple Bar, que tiene más de 200 años. Bueno, pasamos los tres días tranquilamente en el pueblo donde viven, en Dublin y visitamos un castillo cercano. Decir que el paisaje irlandés es bastante parecido al gallego, muy verde todo, pero es un poco más llano. Sin embargo la capital no me gustó demasiado, no tiene mucho para ver, la zona antigua es de edificios de ladrillo visto y son todos iguales, le da un aspecto industrial bastante feo. El castillo no mula demasiado y la catedral tampoco, está hecha a pegotes y una parte está pintada de colores, horrible según me parece. Lo que si es cierto es que hay mucho ambiente en las calles y en los pubs, no salimos de fiesta hasta tarde así que no se cómo son las discos.

Una cosa de Irlanda es que tienen un problema de sobrepeso alucinante, es increíble la cantidad de chicos y chicas jóvenes tremendamente orondos y con docenas de kilos de más. Ya sé que es un problema generalizado en todo occidente, pero ma ha parecido demasiado, desde luego en España el problema no llega a esos noveles, otra cosa es que vayamos camino de ello, pero de momento nos llevan bastante ventaja.

Otra cosa curiosa que nos pasó es que estábamos paseando por un parque y Aga se encontró de repente a una compañera de la escuela primaria, pero ninguna sabía nada de la otra desde hace años, el mundo es un pañuelo. Otro detalle es que en las aduanas eslovacas, o están empeñados en no dejarme salir del país, o los polis se aburren mucho y tienen mucho tiempo libre. Es que en el aeropuerto de Blava, a la ida y a la vuelta, se quedaron mirando detenidamente mi pasaporte, una vez incluso la tía lo miró detenidamente con una especie de lupa por si era falso. Es cierto que la foto es del año 2000, que tenía otras gafas, que tenía el pelo más largo y que no llevaba barba, pero se me reconoce bien, pero ellos no se lo creen y les tengo que enseñar el carnet de identidad español y el de residente eslovaco, y aún así me miran raro y me dicen que no me parezco. No lo entiendo muy bien porque es en el único sitio en que me ha pasado esto; ya he enseñado el pasaporte a la poli en varios países y solo en Eslovaquia se quedan dudando, de todo esto podemos deducir que los policías eslovacos son muy desconfiados o que no ven bien, contra la desconfianza poco puedo hacer, pero me parece que voy a escribirle una carta al ministro del interior sugiriéndole una revisión de la vista al personal de aduanas en los aeropuertos, a lo mejor se soluciona el problema y logramos que se agilicen un poco las colas del aeropuerto.