sábado, 24 de febrero de 2007

Capítulo 18: El hospital








En la 1ª celebrando el cumpleaños del bedel del instituto. En la 2ª Luis y yo con las 'herramientas de trabajo'. En la 3ª con Alena, posando de mafiosillo en el instituto; la 4ª con mis visitantes de Bratislava, podeis ver que no me sueltan, es lo que tiene ser guapo; abajo en el Emocia, rodeado de bellezas, como siempre.

La semana siguiente fue otra vez muy estresante, parece que el tiempo no me llega a nada y estoy todo el día ocupado. En el insti me han puesto varias guardias porque hay un montón de profes enfermos, entre ellos Diego; todos enferman menos yo, ¡es muy duro esto de ser un superhombre!. Estamos con muchas cosas a un tiempo y casi no puedo ni preparar las clases, y tengo que empezar a trabajar con el programa del curso de hotpotatoes que tenemos un grupo de trabajo y hay que elaborar material. Pero lo bueno viene ahora.

El fin de semana del 16, 17 y 18 de febrero fue totalmente alucinante y surrealista. Tuve visita desde Bratislava, las dos chicas de la oficina comercial de la embajada, María y Naiara, querían conocer Zilina y se alojaron en mi casa. El viernes salimos a cenar y de después fiesta al Emocia, nos lo pasamos muy bien, hasta encontramos alumnas de la sección francesa y una alumna nuestra que estaba un poco borracha y muy graciosa. El sábado nos levantamos y dimos un paseo por la ciudad, llegamos a un castillo que está en las afueras y donde, en teoría, debería haber museo. Después de comer descansamos un poco en casa y tomamos un par de cervezas a media tarde. Una de las chicas vomitó y estaba un poco cansada. Ellas creían que era un empacho porque el viernes habían comido mucho y cenamos también bastante. Nos fuimos a la cama temprano para madrugar y aquí empezó todo.

El domingo nos levantamos hacia las 9, la que había vomitado se quejaba de un dolor en el vientre muy molesto, nos fuimos duchando y cambiando, pero el dolor no cesaba de aumentarle. Decidimos ir al hospital, que está cerca, llamé a Héctor a las 10 para que nos acompañara y tradujese. Menos mal que estaba libre y pudo venir con nosotros. Quedamos a las 10.30 para ir andando, pero al poco se quejaba tanto que decidimos llamar a un taxi, aviso a Héctor y nos bajamos. Esperamos un poco y voy a mirar si llegaba el taxi, en esto veo a Héctor que había encontrado otro taxi y nos subimos en ese; llamamos en el camino al primero para explicarle y decirle que pase por el hospital que le pagamos la carrera. Os voy diciendo las horas aproximadas para que veais lo rápido que pasó todo, pronto lo entendereis.

A las 10.45, más o menos, llegamos a urgencias y teníamos que esperar bastante cola, pero ella tenía un dolor tan grande y se retorcía de dolor que Héctor les pidió a la gente que teníamos delante que nos dejasen pasar, la vieron tan mal que pudimos colarnos. El médico nos dio un pase para el ginecólogo, entramos hacia las 11 y al poco baja una enfermera, pero no hace nada y Héctor le pone las pilas para que llame a un médico. La otra chica y yo estábamos esperando en el recibidor porque solo entraron ella y Héctor de traductor. Al poco bajan dos médicos y en 10 minutos salen a la carrera y se la llevan para hacerle una ecografía. Pasan otros 15 min. angustiosos y salen todos, al rato el médico aparece por allí y nos explica que tienen que operarla de urgencia. Lo cosimos a preguntas, el médico estaba tan sorprendido por las preguntas (aquí no suelen pedirles tantas explicaciones) que se creía que nos la queríamos llevar a otro sitio. Resulta que le habían encontrado un quiste bastante grande en un ovario y que podía reventar en cualquier momento, por eso debían operarla urgentemente.

Lo pasamos fatal, había que decírselo y para ella debió ser muy fuerte, que te levantes a las 9 y a las 12 te digan que te tiene que operar urgentemente no es ninguna broma. Se le comunicó y ya empezaron a preparar todo, bajó el cardiólogo, el anestesista y más gente. Cerca de la 1 ya estaba preparada para la operación, le pusieron un analgésico por el suero y estaba un poco confundida. Quería llamar a sus padres pero se le convenció que era mejor esperar a depués de la operación. Al final no entró a la 1 como estaba previsto porque hubo una cesárea de urgencia, cerca de las 2 pasó a quirófano y salió casi una hora después. Nos dejaron verla un momento y estaba totalmente zombi de la anestesia. El médico apareció una hora más tarde porque había tenido otra operación urgente. Nos explicó que todo había salido muy bien y nos enseñó una foto del bicho y era casi como un puño, bastante impresionante. Nos dijo que se había enroscado y dado vueltas sobre si mismo, también comentó que seguramente había sufrido mucho dolor, puedo certificar que si porque ver la cara de sufrimiento y de dolor que tenía era increíble; pero a pesar de eso aguantó con una gran entereza.

Hacia las 8 nos fuimos para casa con una sensación bastante extraña, como irreal o de venir del cine de ver una película, y estábamos muy preocupados y angustiados por tener que dejarla allí sola. En casa llamamos a la familia y hablamos con el hermano. Más tarde contactamos con los padres, se lo explicó todo muy bien María. Nos cuentan que se vienen la madre y el hermano, llegan el martes por la mañana. Al final todo ha ido bien, estuvo una semana aquí y el viernes fue para Bratislava. Ahora ya está recuperada y empezó a trabajar, dentro del susto por lo menos ha terminado bien. El miércoles también vino una prima de ella de visita. De todo lo que he pasado aquí es, sin duda, la experiencia más alucinante, principalmente por la rapidez con que pasó todo. Pero debo decir que los médicos trabajaron con una gran celeridad y profesionalidad.

Tuvimos mucha suerte de que Héctor estuviera disponible, porque es bilingüe y traduce simultaneamente, el médico alucinó al principio cuando lo vio traducir. Eso fue importante porque cuando se descubrió lo que pasaba tuvieron que hacerle muchas preguntas a la enferma. Además es muy decidido y puso a funcionar a todo el mundo. Tuvo detalles muy buenos. Primero dijo que lo habían llamado de la embajada para atender a la enferma, para darle como un toque oficial al problema; y al poco de empezar a hablar con el médico le dio su tarjeta. Puede parecer una tontería pero no lo es. Me explico, aquí a los títulos universitarios le dan mucha importancia, en eso son muy clasistas, los ponen en las puertas de las casas e incluso en el carnet de identidad, y Héctor es ingeniero y un médico te trata de forma distinta si eres titulado, porque te ve como un igual, por eso le dio su tarjeta. Gracias a esto pudimos estar arriba todo el tiempo, porque el hospital estaba cerrado a los no enfermos por la epidemia de gripe. Y después la pusieron en una habitación a ella sola, y nos dejaban estar mucha gente todo el día. En fin, que si no tuviésemos al amigo Héctor con nosotros no se si estaríamos hablando de este final feliz. Un fenómeno el tío, en todo, yo me llevo muy bien con el y puedo certificarlo. Bueno, pues esta es la historia del hospital, ¿ha merecido la pena la espera?.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Joer ,que movidon en el hospital,que cabron ..como te curras la intriga,sera un alien?un empacho de manises?esperara un hijo hispano y empiezan los sintomas?lo sabremos pa dentro de 15 dias....Ya te mande el paquete ,ya te mandare un mail con el nº de certificado.Saludos de Rosy y de Pedro.Viajas mas que Miguel de La Cuadra Salcedo,joer que envidia.
Un saludon

Anónimo dijo...

Ahhhhh, no nos dejes así, continúa ya........
Besos (Marta, Mario y Alba)

Anónimo dijo...

Hey tiuuuuuu!!!
que pasa,como continua el serial tio?avisame cuando te llega aquello por fin,y manda correo con novedades,ya contaras lo del viaje que tal,viajas mas que pocholo,arrecarallo!!
Un saludon