jueves, 27 de marzo de 2008

Capítulo 42: El resto del viaje.





La 1ª, un coche fúnebre que se ofrece de taxi hacia Banjul, llegarás vivo o muerto. En la 2ª vemos cabañas de poblados en el interior del país, en la 3ª una hermosa foto de JC desde el ferri. La 4ª nos ofrece una vista de la flora salvaje de las orillas del río. En la 5ª, restos arqueológicos.

Voy a resumir rápidamente el resto del viaje. El día de la escuela, después de salir con un nudo en la garganta nos fuimos a visitar un parque natural, una reserva de monos, pájaros, serpientes y cocodrilos salvajes. Al salir comemos en un sitio espectacular en medio de un manglar (zona del río con unos árboles típicos), está hecho de madera y se come bien. Por la noche decidimos irnos a la zona de marcha para conocerla un poco, cenamos y después vamos a una discoteca, allí me pasa algo increíble, me entran un montón de tías de forma muy descarada, te preguntan como te llamas y cosas así, si les das cuerda es muy fácil ligar, claro que realmente eso no es ligar, es turismo sexual, que ya se ve (abuelos de 60 años con tías de 20 y cosas similares), todavía no mucho porque aún no hay demasiado turismo, pero como la cosa siga así en poco tiempo será como Cuba. Tengo que decir que las africanas son guapísimos, mucho, casi siempre delgadas y muy elegantes al andar, muy erguidas.

Al día siguiente volvemos a quedar con Jim, nos vamos a un santuario de peregrinación y a una especie de zoo de reptiles donde nos enseñan un montón de serpientes, algunas muy venenosas. Al terminar vamos a comer a una playa muy bonita y por la tarde nos acercamos a Lamin, que es el puerto pesquero más importante de Gambia. Las barcas llegan con el pescado y las mujeres van a buscarlo con unas cestas, lo traen a tierra y se vende a los intermediarios. También hay una zona donde se ahuma para la exportación. Hay un bullicio tremendo y nuestro guía compra un atún enorme por unos 3€. Como siempre hay muchos niños pegados a nosotros pidiéndonos cosas y hablándonos. Un sitio muy interesante.

El sábado 23 salimos hacia el interior, nos vamos a visitar Jam Jam Bure (Georgetown), una ciudad en una isla en medio del río y otra ciudad más al interior. El viaje es muy largo y pesado, solo en cruzar el río con el ferri nos lleva varias horas, y eso que nuestros acompañantes sobornaron a los guardias, los nativos pueden estar esperando más de un día; después las carreteras son muy malas por lo que avanzamos despacio. Llegamos a nuestro destino casi de noche así que cenamos y a dormir. Al día siguiente, el 24, después de una larga discusión con Jim por el dinero para pagar un viaje por el río, vamos en una lancha a ver hipopótamos. Somos nosotros cuatro, el guía y tres más, ellos se pasan el viaje fumando porros y bebiendo te, que está buenísimo, muy caliente y concentrado. El viaje es divertido, conseguimos ver dos hipos, varios monos y un montón de pájaros, y el paisaje es increíble, la flora es típica de la selva.

Al regresar salimos hacia la otra ciudad, no recuerdo su nombre, no sé muy bien a que vamos allí, llegamos tarde y vamos al sitio donde dormimos, al igual que la noche anterior es muy muy cutre, dormimos vestidos por encima de la "sábana", en esta ciudad además hay apagones cada rato. A la mañana siguiente regresamos a la capital, de camino vemos unos restos arqueológicos muy antiguos, una especie de menhires. En el camino vemos una manada de babuinos salvajes cruzando la carretera. El paisaje en el interior pero lejos del río cambia, es bastante seco ya que estamos en la estación seca, la tierra es roja (en todo el país) y la vegetación es más de sabana, se ven muchas termiteras y pasamos por muchas aldeas y poblados de chozas redondas de barro y paja muy pobres. A pesar de ser todo el país muy pobre, se ve una gran diferencia entre el interior y la costa, que está mucho más desarrollada.

Volvemos al hotel tarde así que cenamos con Ian y poco más. El martes 26 no tenemos tiempo para mucho, JC y yo vamos a comprar algunos regalos mientras los otros dos se quedan en la playa. En la cuidad encontramos a Ian con una inglesa que vive allí hace 7 años y su novio gambiano, nos acompañan de compras y quedamos para tomar algo después de comer para despedirnos. Comemos en el restaurante Kunta Kinte cerca de nuestro hotel, aparecen los ingleses y nos despedimos, tenemos que hacer las maletas, también aparece Jim para despedirse, le dejamos algo de ropa, zapatillas, cremas varias y le damos algo de dinero como agradecimiento por acompañarnos. Mi maleta pesaba bastante menos, en total me dejé unas 15 camisetas, un bañador, unas bermudas, dos pares de zapatillas, calcetines, una gorra y alguna medicación, todo esto lo repartí entre Jim, uno que curraba en la piscina del hotel y algunas cosas quedaron en la habitación, espero que no se pelearan por ellas.

Nos recogen para llevarnos al aeropuerto de donde sale el avión pasada la media noche. Nuestro plan es el siguiente, aterrizamos sobre las 6:30 en Barcelona, nos vamos al centro donde hay autobuses directos hasta el aeropuerto de Girona, donde tenemos que tomar el avión para Bratislava hacia las 12:30. Estaba todo bien planeado, teníamos tiempo para ir de un sitio a otro sin agobios, pero hubo un pequeño problema. Cuando ya estábamos muy cerca damos la vuelta para repostar en Valencia, la escusa del capitán es que hay mucha niebla en Barcelona, que quizás no podamos aterrizar y que tenemos poco combustible para esperar.

El resultado de todo esto es que llegamos una hora y media tarde, eso significaba que nuestro maravilloso plan se iba al garete. Estamos nerviosos porque ya no hay combinación, en el aeropuerto no saben las combinaciones en tren o bus hasta Girona (viva Aena), ya agobiados subimos a un taxi que nos tranquiliza diciendo que llegaremos, pero en cruzar Barcelona de sur a norte perdemos mucho tiempo, era hora punta, y para más emoción, poco antes de llegar hay una caravana por un accidente. Pagamos, creo recordar, unos 140€ por el viaje, salimos con fuego en el culo para facturar y, menos mal, por 10 minutos conseguimos facturar, tenemos tiempo apenas para comer algo antes de subirnos al avión. Una vez en Blava vamos al centro para separarnos, ellos para Banská y yo para Zilina. Llego a casa el miércoles 27 bastante tarde y muy cansado, y al día siguiente me esperan en la escuela.

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