



El jueves 26 de octubre fue un día de clases especiales. Era la jornada de puertas abiertas y consiste en que algunos profes preparamos unas clases diferentes y extraordinarias y vienen algunos de nuestros alumnos y los padres que quieran; también pueden acudir, y es lo interesante, futuros alumnos y padres de futuros alumnos. Además de las clases también decoramos las clases y pasillos con carteles y cosas por estilo. Es como hacer publicidad del instituto, porque a pesar de ser público, con el tema de los idiomas se hace un examen de ingreso, solamente se ofertan 45 plazas para español y otras 45 para francés para el primer curso cada año.
Lo que es un poco curioso es que los futuros alumnos y los padres no entienden nada, pero parece que les gusta. Yo he preparado una clase sobre ilusiones ópticas por lo que, vale que no me entienden, pero las ilusiones si que las han visto. Espero que no se crean que es así todos lo días porque lo llevan claro, aqui se funciona como en cualquier instituto, con sus cosas, pero las clases son clases normales.
Para completar el capítulo os diré que aquí somos un poco la novedad, así que donde vamos llamamos la atención, la peña nos mira preguntándose de donde somos y que hacemos aquí y si intentas hablar todos quieren saber de nosotros, o casi todos. El fin de semana del 27 y 28 de octubre salimos y lo pasamos en grande, conocimos a dos nativos que nos invitaban a chupitos de la lejía que beben aquí que se llama borovicka y es parecido el orujo, yo tomé ballantines; incluso conocí a una chica que estudia español en Chequia, agarramos una buena trompa.
Aquí lo raro para mi es que casi nadie baila, bueno, si bailan pero cuando ya están borrachos, entonces se sueltan y se suben a los bancos, a las mesas e incluso a la barra en algún local. Cuando ponen alguna canción que me mola me pongo a 'bailar' y me miran con cara de '¿qué hace este?', pero yo a lo mío, si les gusta bien y si no también. Vamos mucho al emocia que está muy bien, donde ya nos conocen los camaretas y alguna peña porque estamos toda la noche bebiendo y bailando, y teníais que verme diciéndole a la camarera en inglés que le llevaría un cd con buena música para bailar (la música en general aquí es muy mala, no veais los himnos eslovacos que cantan cuando se suben a las sillas, espantosos), bueno, se lo llevé pero no lo ponen porque es muy de rock y allí ponen cosas más suaves o electrónica, a parte de que seguro no conocen la mayoría de los temas. Como le ofrezco cds a todo el mundo los colegas ya me dicen cuando hablo con una niña "¿no le grabas un cd?". ¡Todo sea por ligar!
El sábado 7 de octubre vino de visita Paloma, una compañera que trabaja en Bratislava, como ya conocía a Paz del año anterior se vino de fiesta a Zilina. Fue muy curioso ese día, el principio de nuestros problemas entre profesores, mucha atención a lo que pasó. Quedamos para comer Paloma, Paz, Diego y yo; al terminar fuimos al centro a tomar un café y estábamos de paseo cuando encontramos a Mariaje y a Fernando, él nos dice que si salimos lo avisemos. Nos despedimos y volvimos para casa a descansar y cambiarnos para la noche, pero de camino decidimos ir al super y comprar cosas para preparar una cena en casa de Paz, así que allá nos vamos. Entre comprar, pedirles huevos a los vecinos, preparar todo y cenar nos dan casi las 12 de la noche. Antes, sobre las 10 nos llamó Fernando y le dijimos que estábamos cenando y que al marchar lo avisábamos. En esto empezó a llover un poco por lo que llamamos a un taxi y llegamos al centro cerca de las 12:30, como no sabíamos qué hacer le enviamos un sms a Fernando avisándole de que ya estábamos en Marianske, responde que le duelen las muelas y no sale, por lo que nos olvidamos del tema y nos vamos de marcha y lo pasamos estupendamente, como siempre.
Lo interesante viene ahora, el domingo, después de comer, estaba yo tan tranquilo disfrutando de mi hogar e intentando trabajar un poco cuando me llama Diego; me cuenta que Fernando está muy enfadado y que quiere hablar con él esa tarde y me pide que lo acompañe, le digo que si y a las 7:30 nos vamos a verlo. Lo que pasó allí fue un poco surrealista, se había ofendido porque no lo llamamos la noche anterior, y allí estuvimos los dos intentando explicarle que se nos había ido el tiempo cenando y que lo habíamos avisado cuando llamó y que le habíamos enviado un sms al llegar al centro. Algo increíble, nunca en mi vida (para todo hay una primera vez) he tenido que dar tantas explicaciones por tamaña tontería. En fin, que conseguimos, una hora después, que se 'arreglara' el problema. Nos fuimos de allí con una sensación muy extraña. Yo no terminaba de creerme lo que había pasado, no deberíamos ni haber ido allí y darle tantas vueltas a lo que pasó, pero como somos pocos aquí preferimos arreglarlo así a tener un mal rollo, pero la verdad es que desde ese día ya nada volvió a ser igual, las cartas estaban a la vista y yo empecé a ver que no sería la última vez.
El viernes 13 de octubre nos fuimos a Bratislava Diego, Paz y yo al cumpleaños de Paloma, la que estuvo de visita la semana anterior en Zilina; como nos caímos muy bien al conocernos en la reunión de septiembre y el pasado fin de semana nos invitó, lo pasamos muy bien, conocimos a más españoles residentes en Bratislava y a unos italianos muy divertidos.
Una cosa importante es que Paz y yo empezamos las clases de eslovaco, ella ya controla un poco del año pasado pero yo empiezo de cero, el problema es que no estudio mucho porque no tengo tiempo y es muy difícil, pero mucho; sobre todo porque el vocabulario es totalmente distinto y no tienes ninguna referencia. Tiene palabras sin vocales y muchas tienen varias consonantes seguidas, por ejemplo, jueves se dice štvrtok, si os fijáis al principio son 5 consonantes seguidas; pues así un montón de palabras, pero espero poder aprender lo suficiente, por lo menos para poder decir cuatro cosas y comunicarme un poco, si, con las chicas también.
El viernes 20 fue mi cumple (gracias). Llevé al insti unos bombones para los profes y caramelos para los niños que se pusieron muy contentos y, en algunas clases hasta me cantaron. Me preguntaron la edad pero no se lo dije, claro, una niña calculó unos 25, me dieron ganas de darle un beso; más tarde se enteraron por un profe chivato pero me comentan que no aparento mi edad, menos mal. Por la noche salimos, conocí a una chica eslovaca que había estado en el intercambio de Trstena y Sanxenxo en 1990, el mundo es un pañuelo. Como siempre, terminamos en una disco bailando, por lo menos había peña. Es sabido que no me gustan las discos pero es que no hay casi nada más.
El domingo siguiente fui a un partido de hockey sobre hielo, el equipo de aquí es el actual campeón de liga, pero perdieron a penaltis; no controlo las reglas pero es un alucine ver como patinan, van a toda pastilla y giran o se paran en muy poco espacio. Me gustaría aprender a patinar pero a clases no puedo ir por el idioma, tendré que buscar algún alumno que se enrolle.
A finales de mes los de 5º me han invitado a su fiesta de graduación que se llama stuzkova y que para ellos es muy importante. Las niñas van de traje de fiesta y ellos de traje. Me han pedido que lleve traje y les he dicho que si. Van con sus padres y novios/as y hacen un montón de cosas: preparan bailes, imitan a los profesores, nos sacan a bailar y se está toda la noche de fiesta, después de la cena los papis se van y venga a beber, hay quien dice que es un poco peñazo y demasiado formal, pero yo espero pasármelo de muerte; ya les he avisado que la alumna que me saque a bailar no sea más alta que yo porque me negaría a salir, parece de risa pero es que algunas me llevan casi una cabeza. Ya os contaré como es.
Lo increíble hasta ahora es el tiempo, pensaba que a estas alturas ya llovería mucho y haría mucho frío, pero no, llueve algo y no hace demasiado frío, me parece que el cambio climático está ya por aquí.
Antes de empezar con este emocionante capítulo una petición, por favor si alguien escribe un comentario sería interesante que me indicase quien es, sobre todo para poder contestarle como se merece, para lo bueno y para lo malo. Gracias.
Miércoles, 30-08-2006
Nos habíamos quedado en la noche anterior a mi partida, pues bien, creía que no podría dormir pero me equivoqué, conseguí dormir unas tres horas; parece poco pero pensad que salimos mi madre, mi hermana y yo de Vilalonga hacia Santiago a las 4:30 de la mañana, así que es más que suficiente. Llegamos al aeropuerto con tiempo de sobra, por lo que después de facturar tomamos un café, hacemos un par de fotos y nos despedimos. Mi madre aguanta el tipo y apenas asoman un par de lágrimas por sus ojos cuando me voy.
A la hora prevista, de verdad, no es broma, despegamos rumbo a Barcelona; viaje sin novedad y, podéis creerme, no me pierden la maleta, solo por esto vale la pena escribir un blog. Me voy a la otra terminal a facturar y allí me esperan dos compañeros con los que me había citado por internet y que también van para Eslovaquia, pero para otras ciudades; en facturación me cobran 28€ por sobrepeso. Nos vamos a tomar un café y a conocernos, uno es maño y el otro canario. El canario está un poco alucinado porque no sabía cuanto cobraríamos en Eslovaquia, es muy poco y no se lo cree. Al poco nos llaman para embarcar, pero una vez allí nos hacen bajar otra vez, hay un problema en un motor y van a arreglarlo, estaba saliendo todo tan bien que algo tenía que ocurrir; por lo menos nos invitan a un bocata. Dos horas más tarde Pepe Gotera y Otilio terminan la reparación y conseguimos despegar rumbo a Bratislava.
El inconveniente del retraso es que los planes de recogernos en el aeropuerto pueden estropearse, pero hemos avisado a Hana, que es la secretaria de la agregada, y dice que allí estará. El viaje fue muy divertido, nos reímos mucho. Comentar que el avión estaba lleno y que había un montón de chicas muy guapas, o eso me parecía a mi. La leyenda de la belleza de las mujeres eslavas parece real, cierto es que sus rasgos son muy distintos a los nuestros y que como no estoy acostumbrado me parecen todas guapas.
Después de aterrizar vamos al control de aduana. El aeropuerto de Bratislava es muy pequeño y la tía del control de pasaportes me mira varias veces antes de dejarme pasar, ya veía a un gigante eslavo poniéndose unos guantes para registrarme los bajos fondos..., el motivo es que de la foto a mi aspecto actual hay ciertas diferencias, sobre todo en el pelo que lo tenía más largo y parecía un hortera de discoteca de pueblo; finalmente me da el visto bueno, paso el control y vuelvo a respirar. Allí nos espera Hana y su marido, que nos hace de taxista; me llevan a mi el primero a la estación de tren donde cambio moneda y salgo hacia Zilina, vamos con prisa porque se hace tarde y el viaje a Zilina dura más de tres horas en tren.
El viaje es tranquilo y estoy un poco nervioso, la gente me mira como preguntándose quien soy y que hago aquí, está claro que no soy nativo. Llego sin nivedad a Zilina y me espera un tío parecido al de los Roper con un cartel con mi nombre, es el subdirector, no habla ni palabra de castellano y su poco inglés parece ruso (que lo habla), así que poco podemos comunicarnos, pero es muy amable. Me lleva al piso en un coche con otro tío y con el maletero lleno de cervezas, al llegar entramos marcha atrás en mi calle porque no saben muy bien por donde está la entrada, fenomenal, una vez allí sube conmigo y me enseña mi residencia los próximos meses, me dice que me recogen al día siguiente para ir al instituto; intento decirle que tengo hambre y me dice que mañana desayunamos, al final consigo hacerle ver que si no como algo sólido esa noche la mañana siguiente se encontrarán un cadáver. Por fin me lleva a un carrefour cercano, pero solo está abierto el mcdonals, compro una hamburguesa y regresamos a mi piso. Mi primera comida en Eslovaquia es una hamburguesa y una botella de agua con gas. El piso es alucinante, me esperaba algo pequeño y cutre pero no tanto, ya veréis las fotos, pero es lo que hay, tendré que acostumbrarme. Salí con sol de España y aquí hace fresco y llovizna.
Pasan varios meses en los que, de vez en cuando, miraba por si salían las listas, pero nada. En junio me voy a Toledo para las oposiciones, que me salen fatal, todo hay que decirlo. De vuelta sigo en la academia en la que estaba trabajando durante el invierno y, algunos fines de semana, pongo copas en la Carpintería (para los que no la conozcan es un garito de Portonovo). A todo esto, una tarde de julio salen las listas y no estoy admitido, es un palo pero no muy grande porque, la verdad, ya me lo esperaba. Pasan unos 15 días y, una tarde camino de Vigo para ver a Franz Ferdinand con unos amigos, me llama un tío del ministerio para decirme que la lista ya estaba publicada y que no estaba dentro, pero me comenta que, en ocasiones, hay bajas y me pregunta si aún estaría dispuesto a irme, le respondo que si y me hace unas preguntas en plan entrevista de trabajo vía telefónica, todo esto en el coche, con mis colegas escuchando todo y riéndose bastante.
Y ya estamos en el día de la llamada, llego a casa de la academia para comer y mi madre, toda alterada, me dice que me llamaron de Madrid, de un ministerio, aquí es cuendo empiezo a tener la sospecha de que pueda ser lo que finalmente fue. Llamo y me sale una tía que me dice, así, en frío, que hay una plaza en Zilina, Eslovaquia. Empiezo a tener taquicardia y casi se me para el corazón; me pregunta que me pasa y le digo que es muy fuerte la noticia y que no me lo esperaba, me tranquiliza y, finalmente, le digo que acepto sin saber nada de a donde voy ni donde está la ciudad. Nada más colgar empiezo a saltar de alegría y mi madre me dice que si estoy loco. Le cuento todo y al principio está un poco preocupada porque no sabe donde está el sitio a donde voy y además ella se queda sola en casa al irme yo, pero me ve tan contento que se le pasa; lo siguiente que hago es irme a internet a buscar información de Zilina.
Pasados el susto inicial se lo cuento a mis hermanos y a algún colega. El mes de agosto se me pasa muy rápido entre trabajar, ir preparando todo para el viaje, estar con mis sobrinos, mi madre y mi tía de Argentina, que estaba de visita en nuestra casa, contactar con la embajada en Bratislava para que me den información y cosas así. La última semana es un contínuo ir a comer y a cenar con amigos para despedirme. Yo creía que a medida que pasaran los días me iría poniendo nervioso pero no, estuve muy tranquilo, a parte de los primeros dos o tres días, estaba como si nada, cosa rara en mi porque soy bastante inquieto y los cambios me alteran, sobre todo el sueño. Al fin llega el esperado día de mi marcha que será el tema de otro episodio de esta apasionante fábula.